sábado, 20 de junio de 2009

Cabeza L'Arcu. (P.R.As.124) Parque de Redes

Hola everyone, ayer viernes Abel y yo realizamos una ruta por la Reserva Natural del parque de Redes, ubicado en los concejos de Caso y Sobrescobio.

Realizamos la denominada “Ruta de Cabeza L’Arcu”. (P.R.As.124), esta se trata de una ruta circular por el valle de Xulio, dentro de Redes, el parque, no confundir con la famosa y ya desaparecida discoteca, como alguno me dijo ayer.

Para ello nos dirigimos temprano , hasta el pueblo de Caleao, que está dentro del Concejo de Caso y dista a 6 km de su capital Campo de Caso, ya sabedores del mal tiempo, en el que una lluvia fina nos acompaño durante toda la jornada.

mapa de la ruta, cortesia del Siapa

Una vez que llegamos al pueblo, alrededor de las 8 y media de la mañana, aparcamos el coche en el aparcamiento que hay a la derecha del pueblo, donde comienza la ruta del desfiladero de los Arrudos, que este será el final de nuestra ruta.

Una vez preparados para la ruta, nos dirigiremos al centro del pueblo, donde veremos varios paneles informativos de ruta, entre las que se encuentra la que vamos a realizar, y nos adentraremos rápidamente en el camino que se presenta girando rápidamente a la izquierda cuando nos aparezca una señal de cambio de dirección comenzando una ascensión por una pista ganadera en la que dejamos el rio siempre a nuestra izquierda.

Continuaremos esta pista siguiendo las señales hasta que después de pasar un puente de madera nos aparecerá un cruce y con él una señal indicadora de dirección, una dirección nos indicara Pandefresno y la otra Cabeza l’Arco, esta señal está un poco mal colocada, ya que parece que está colocada para la gente que desciende el camino y que indica que la ruta sigue por la pista ganadera, eso es lo que nos descoloco y hizo que siguiéramos ese camino, que nos llevo después de media hora más tarde y una ascensión con fuerte pendiente, hasta unas cabañas, que si bien estaba muy guapas y arregladas, no eran nuestro objetivo, así que dimos la vuelta, y una vez alcanzamos el cruce, dimos una patada de rabia a la señal y nos dirigimos por el otro camino, en el que a los pocos metros nos apareció una señal, seguimos caminando cruzando el rio hasta que llegamos a la Porquera, unas cabañas que se apoyan en una pared de piedra natural, donde retomamos fuerzas porque eran ya las 11 de la mañana.

En la Porquera

Una vez satisfechos, retomamos el camino siguiendo las señales hasta llegar a tener que cruzar el rio, pudiendo hacerse por un puente de madera, poco recomendable a la vista de cómo estaba, o a pie por el rio aprovechando el poco cauce de la época estival, nosotros nos decantamos por esta segunda opción y seguimos el camino hasta que dimos con unas cabañas y una portilla de hierro, que salvamos y dimos con una pradera donde encontramos a un lugareño con una mochila de piel de animal, yo creo de zorro, Abel de vaca, y que nos indico lo que nos quedaba de camino, diciéndonos que todavía quedaba lo más duro, majo el paisano.

Seguimos el camino hasta llegar a tres pequeñas depresiones o montañitas, un poste a modo de señal nos aparece en la depresión central y nos indica el camino, seguiremos ascendiendo por un camino trazado hasta llegar a un collado. En el que si no hubiera la niebla densa que nos recibió, podríamos observar el pico al que íbamos a subir, después de unas palabras, decidimos no ascender debido a la mojadura que podíamos coger si intentábamos salvar toda la altura que nos quedaba al pico, así que decidimos seguir el camino ya para dirigirnos al pueblo, comenzando el descenso y mojándonos igual porque para descender tuvimos que salvar un helechal que nos dejo perdidos. En medio de este helechal pudimos escuchar un glayido que parecido al de una gallina y que pensamos que podía ser el de un urogallo.

Después de dejar el helechal, alcanzamos el mallau de la Pandellina, y de allí descendimos hasta el Prendeiru, donde enlazamos con la ruta del desfiladero de los Arrudos, y siguiendo el rio alcanzamos después de 5 horas de caminata por fin el coche.

Cascada del desfiladero de los arrudos

Una vez en el aparcamiento, aprovechamos una pequeña ermita para cambiarnos y dirigirnos hasta Campo de Caso donde nos esperaba Javi, allí dimos cuenta de una comida en la que fue la primera jornada gastronómica del club, este domingo puede ser la segunda.

Después nos acercamos al centro de interpretación donde Javi nos hizo una visita guiada y marchamos para casa, despues de una jornada agotadora, mojada, pero que merecio la pena y en la que al final, disfrutamos. Como muchas veces decimos: Habra mas.

miércoles, 17 de junio de 2009

¿Buscamos fecha?

Esta semana estaba previsto que varios integrantes de nuestro club acometiéramos la ascensión a la montaña más alta de esta noble provincia.

Indecisiones de última hora acerca del estado del tiempo, e incapacidad por razones laborables de varios güestines para poder participar en estas fechas básicamente son las causas que nos echaron para atrás y hacen que ahora tengamos que buscar una fecha que nos sea más acorde, así que desde esta humilde entrada os invito a que busquemos un hueco en nuestras agitadas agendas, y seamos asi capaces de consensuar una fecha en la que podamos reunirnos si no todos, si la mayor gente posible para llevar a cabo la que podría ser la mayor hazaña en la corta historia de nuestro pequeño club, la de alcanzar la cumbre de las cumbres, el techo de Asturias, El Torrecerredo.

Por ello, os muestro el calendario de los dos próximos meses, Julio y Agosto, para que encontremos todo un fin de semana en el que estemos liberados, ya que esta ruta hay que realizarla en dos días, y los fines de semana es cuando estamos más desahogados.


Cuando tengamos clara la fecha, podría ser de interés informarnos llamando al alberge por si hay que reservar para poder hacer allí la noche.

jueves, 4 de junio de 2009

La Batalla de Covadonga

Cuenta la leyenda que entre la primavera y el verano del lejano año 722, un valiente grupo de Astures irreductibles liderados por don Pelayo, no más de unos pocos cientos, se enfrentó bravamente a las temibles hordas musulmanas que los asediaban desde el valle de Covadonga.

Fortalecidos por su extraordinaria fe y voluntad, aunque muchos de ellos fueron cayendo según la batalla se recrudecía, unos pocos héroes fueron capaces de resistir el asedio, administrando sabiamente sus recursos y su conocimiento de aquellas escarpadas tierras transformaron su aparente debilidad en milagroso poder hasta que el diezmado ejercito infiel asumió su derrota y se batió en retirada hacia los valles vecinos donde hallarían su final sepultados bajos las rocas. Los supervivientes astures celebraban su gran victoria: la Reconquista había comenzado...

Casi trece siglos después, de nuevo la épica de la batalla retumbó en el valle de Covadonga una tarde del final de la primavera para unos pocos cientos de osados Astures, 769 para ser exactos, dos de ellos provenientes de la famosa división Güestista, que se enfrentaron de forma casi kamikaze al temible asedio de 21097 metros de hirviente asfalto, de calor terrorífico que acercaba los mercurios a los 35ºC, de bajas encadenadas, escasez de líquido, dificultades gástricas y acusadas rampas.....

Todo empezó a las 5 de la tarde. Las tropas astures se reunían a orillas del rio Sella a su paso por Cangas de Onís, frente al puente de piedra que construyeran los antepasados romanos. En las horas previas se había respirado un gran ambiente festivo por toda la villa, rebosante de algarabía en cada uno de sus rincones, mientras la división Güestista nos alimentabamos abundantemente preparandonos para lo que se avecinaba. A la hora indicada, un disparo seco al aire indicó el inicio de la batalla. Bandas de música tocaban sin cesar para elevar la moral del grupo mientras miles de familiares, amigos y curiosos despedían a la comitiva agolpados a los lados de la carretera. El sol caía a plomo sobre el campo de batalla, la lucha por la supervivencia había comenzado...

El maestro Chema tomó desde el inicio posiciones más adelantadas en las filas astures, mientras yo marchaba más cerca de la retaguardia, preocupado por los amenazantes rayos solares, pero muy animado también ante la numerosa formación que me acompañaba. Aunque pronto las altas temperaturas comenzaron a hacer estragos, y combinadas con la no muy lejana comida anterior que aún daba brincos por el estómago, me dejaron algo mermado físicamente, con flato y sin posiblidad de alcanzar un ritmo óptimo... en estas condiciones los primeros kilómetros fueron duros, esperando ávidamente por los primeros manantiales que debían estar en el 5º kilometro según los mapas de ruta. Un poco antes unas buenas mozas ofrecían frescas esponjas empapadas en líquido que rápidamente se agotaron, suerte que más allá al fin aparecieron los manantiales y todos pudimos coger nuestra botella... aunque en esta ocasión toda agua se hacía insuficiente, el medio litro rápidamente desapareció por mi garganta y sobre mi cabeza y nuca... Algunos de los que marchaban en la vanguardia del pelotón empezaron a caer poco más allá, las primeras bajas no se habían hecho esperar y ya no pararían hasta el final.

Yo por mi parte iba poco a poco adaptandome a las duras condiciones, y tratando de superar el flato, a esas alturas las sombras del valle eran gloria bendita. Para nuestro regocijo, algún lugareño también se apiadaba de nosotros y sacaba una manguera para regarnos literalmente, lo cual nos daba brios renovados. En el km 6 había otro lote de botellas reservado en el lado opuesto de la calzada para los que retornaramos de Covadonga, pero la urgencia de hidratación era tal que muchos se abalanzaron sobre ellas para obtener alivio inmediato causando que cuando completaramos 15 km a la vuelta no hubiese más agua que llevarse a la boca... Cualquier cosa para resistir el calor y el esfuerzo un poco más, la división de Bomberos también colaboraba pulverizando agua a nuestro paso.

En el km 9 la situación era ya crítica, la derrota revoloteaba nuestro alrededor y aún quedaba el km de ascension a Covadonga... pero de repente, cuando la esperanza casi se ahogaba, apareció en lo alto de la montaña la majestuosa basílica con sus campanas repicando con fuerza y la gente venida de todos los rincones animaba nuestra gesta... era como un milagro, el estómago se calmó, el flato desapareció, el sol ya no era el enemigo sino un testigo más de la odisea y las duras rampas de ascension ante mi parecían ser cuesta abajo, mientras los primeros supervivientes ya bajaban de vuelta, emprendí entusiasmado la subida a Covadonga con la carne de gallina ante la intensidad de emociones desatadas, la agonía convertida en euforia y de ahí a remontar posiciones entre las filas de la batalla, bajas por doquier, algunos se rendían, otros intentaban seguir caminando, mientras yo apenas tenía conciencia del tiempo hasta coronar en lo alto de Covadonga en 1hora 34 segundos, un último lote de botellas nos esperaba como premio antes de emprender el feliz descenso en el que recuperar las piernas, ya me noto capaz de superar la gesta, incluso oigo un grupo animandome por mi nombre ¿los conozco? pues no, lo habían leido en mi dorsal de batalla! tremendo...

Dejando atrás Covadonga, con 9 km aún por delante me encuentro renacido, fresco, indestructible... para mi sorpresa diviso a lo lejos a Chema delante mio, quizá pueda llegar a su posicion para sumar fuerzas, pasa algunos minutos y cuando ya me queda poco para alcanzarlo veo que abandona su puesto por algún problema imprevisto, vaya! continuo remontando puestos encontrando ya un peloton muy disgregado, pero felizmente numeroso, lo que me sigue dando impulso para una vez superado uno alcanzar al siguiente... paso por el km 15 donde nos esperaba supuestamente más agua, pero efectivamente se ha agotado, tendremos que conformarnos con las esponjas, los manguerazos y los riegos por aspersion... ya no me importa demasiado pues el final está cerca y la moral por las nubes, km 16, 17..intento subir un poco más de revoluciones y dar todo lo que me queda...18, 19, último kilómetro entrando de nuevo en Cangas y la gente que nos espera animando generosamente... recta final, el arco de triunfo en el horizonte, un último sprint para ganar los ultimos puestos...se acabó!! He ganado mi batalla en 1h 52min y me siento eufórico por haber resistido el asedio! En menos de dos horas llega también Chema a pesar de que sus dificultades fueron mucho peor de lo que yo imaginaba, pero sobrevivió bravísimamente como un titán mientras casi 160 supervivientes más llegaban por encima de las 2 horas!

La fe nos llevó a la meta victoriosa en una carrera mágica, épica, seguramente la más especial de cuantas se celebran en nuestra región. La Güestia estuvo allí.



..........................Perfil de la carrera........................

Clasificación

Fotos de la ascensión a Covadonga, cortesía de Frrial/Ángeles Llera:

Chema

Charlie

Fotos en meta, cortesía de la organizacion de la carrera:

Llegando al fondo

Entrada triunfal pese a todo

Fotos tras la llegada, cortesía de Rodrigo Vallina:

Chema

Uno que pasaba por allí :-p

martes, 2 de junio de 2009

La Gamonal. Morcín. 1710 mts

La Gamonal

Este fin de semana el tiempo era propicio para las prácticas deportivas, y nuestro club lo aprovecho, mientras dos integrantes de nuestro club participaban en la media maratón de Cangas de Onís, consiguiendo acabar el recorrido, algo de verdad loable debido a las altas temperaturas que había durante la carrera y que es de felicitar y de estar orgullosos.

Mientras, dos de nosotros realizamos una ruta de monte y ascenso a una cumbre, que es lo que nos gusta, y nuestro punto de mira fue a la Gamonal (1710 mts), pico perteneciente al concejo de Morcin y que además es el punto más alto del mismo; este se halla dentro de la sierra del Aramo, un paraje precioso en el mismo centro de Asturias y que de verdad os recomiendo conocer.

Esta cumbre la podemos alcanzar de dos maneras, una dirigiéndonos a la localidad de la Vega en Riosa y recorrer la carretera que nos lleva alto l’ Angliru, conocido por todo el mundo por ser uno de los puertos ciclistas más duros del mundo, y desde allí dirigirnos hasta la cumbre, o también desplazarnos hasta el pueblo de Bermiego en Quirós, dejar allí el coche y prepararnos a realizar una ruta como dios manda.

Nosotros escogimos esta segunda opción, así que madrugamos, cogimos el coche y nos plantamos en el pueblo alrededor de las 8 de la mañana, aparcando cerca de un roble milenario. Hacia un día despejado, y la temperatura era agradable, estábamos en manga corta y no teníamos ni frio ni calor, además, el sol no nos pegaba gracias a las cumbres que nos lo tapaban, así que empezamos a caminar, lo primero decir que desde aquí la ruta está bastante bien indicada, mediante las rayinas blancas o amarillas, o señales que nos indicaban la ruta del angliru.

Ya desde el mismo pueblo hay que empezar a ascender, siguiendo una pista de cemento que nos llevara a unas brañas, al poco de comenzar nos aparecerá una desviación que nos indicara Pedrovella, nosotros en el ascenso la ignoramos, pero lleva otra vez a la pista más arriba.

Poco antes de acabar la pista, y al poco de empezar a ver las cabañas de piedras y llegar a los prados cercados con muros de piedra pertenecientes a las brañas de Linares, nos aparecerá una señal que nos indica la ruta del angliru y nos desvía por un sendero, que nos llevara a una veiga que está detrás de las montañas, pero os recomiendo que subáis un poco montaña arriba, porque nos va aparecer otro sendero que nos va a llevar con más facilidad allí.

Una vez alcanzamos el otro lado de la montaña, nos aparecerá el pico Moncuevo, que nosotros lo ignoramos y bordeamos, pero que es asequible para ascender si hay ganas, y después llegaremos hasta una llanura que la llaman Fompedrín, por un pequeño lago y hay un bebedero de ganado, del que parte una pista que nos llevara hasta el alto del angliru, y también ya podemos ver el pico de la Gamonal a la derecha, que se hace destacar además de ser el más alto, por una antena en la cumbre. Caminado por aquí pudimos contemplar restos de nieve que todavía no se había quitado, ya que la semana pasada todavía había nevado por esta zona, y eso que estábamos a finales de mayo.

Nosotros seguimos por la pista, y al llegar a unos restos de cabañas de piedra, nos desviamos para alcanzar primero la cumbre de la Gamonal, ascendimos al pico como pudimos, había un sendero y algunas veces lo seguíamos, pero normalmente íbamos por la línea más recta y más empinada claro.

Una vez en la cumbre, paramos a descansar, hacernos fotos y disfrutar de las vistas, que eran preciosas gracias al día que hacía, y podíamos contemplar toda la zona central de Asturias, Oviedo, la central de Soto de Ribera, que sorprendentemente no echaba humo ese día, podíamos ver Grado, pero no Santa María ya que unos picos nos tapaban, también veíamos la explanada del angliru, y como llegaban los ciclistas que ese día intentaban alcanzarlo, con el Gamoniteiro mas al fondo.

L'Angliru con el Gamoniteiro al fondo

Antes de disponernos a bajar, cubrimos la tarjeta de cumbres del club, y la depositamos en el buzón de cumbres, este original, ya que tenia la forma de un hórreo.

Oviedo y Soto de ribera

Desde la cumbre nos dirigimos al alto del angliru, para tomar un tentempié y descansar un poco antes de empezar a realizar el camino de vuelta, que se avecinaba complicado ya que el sol empezaba a pegar y a hacer bastante calor.

Para regresar al coche, realizamos el mismo recorrido que hicimos en el camino de ida, con la única excepción, que cogimos el camino alternativo que nos aparecía en la pista que nos llevaba al pueblo desde las Brañas de Linares, esta vez indicaba a Arroxo y a una ermita dedicada a la Merced, no es que gracias a este camino atajáramos demasiado, ni tampoco íbamos a tener la sombra que pensábamos, incluso es complicado porque esta pasa un arroyo por el medio y está demasiado pedregoso, pero nos dio la vida, porque al poco de cogerlo nos apareció la ermita y tiene una fuente al lado, y como hacía ya mucho calor y se nos había acabado el agua, podemos decir que se nos apareció la virgen, aunque también hay otra fuente al lado de la intersección de los dos caminos.

Ermita de la Merced

Después del descenso, por fin alcanzamos el coche, eran las 2 y media de la tarde, así que la ruta nos duro unas 6 horas, caminando tranquilamente y parando a descansar.

Espero que os animéis a recorrer esta ruta por que de verdad merece la pena, no es nada complicada, y si queréis puedo repetirla con vosotros.