martes, 30 de marzo de 2010

Cruz de la Viorna (Cantabria)






Aunque hace ya mas de 15 días que hicimos esta ruta, aprovecho ahora que tengo tiempo para colgarla en el blog.


La ruta comienza en un pueblo que se llama Maredes, a un par de kilómetros de Potes, en la comarca de Liebana.


Esta ruta la teníamos fuera de todo planing, por que nuestra idea era la de ir de fin de semana de casa rural, el sábado ir a visitar la Cueva del Soplao, como ya relato magistralmente nuestro Master, y luego por la noche ir a mover el esqueleto a Potes y luego el domingo ya se vería, pero una vez en Potes empezamos a decir que no había fiesta allí, que quien iba a ir hasta allá a salir por un pueblin que solo tiene fiesta en verano, que no había nada, eso ante mi estupor por que yo lo único que veía eran panfletos y carteles por todo el pueblo anunciando una fiesta latina en un local del pueblo.


Bueno, la cosa es que al final unas cervezas a ritmo de la Noria y pa la cama, que nos íbamos a levantar temprano para hacer una ruta sencilla.


Y la ruta escogida fue esta, ir a la Cruz de Viorna, para ello nos dirigimos al citado pueblo de Maredes y aparcamos los coches en las primeras casas del pueblo, y no en la posada del mismo, y quiero decir esto para que nos sirva de referencia, por que si empezamos a andar por el camino que sale a la derecha nos va a llevar mas placidamente aunque hagamos un poco mas de recorrido a la cima, que si seguimos el camino que sale desde la Posada, ya que por allí vamos a atajar por un cortafuegos, que siempre es mas empinado y engorroso de atravesar.


Dicho esto, para no irme por las ramas, voy a relatar la ruta desde el principio.





el atajo, para quien lo quiera




Una vez aparcamos en el pueblo, nos dirigimos hacia la posada y cuando estábamos a escasos metros giramos a la derecha por un camino que nos lleva al cortafuegos, y ascendemos por el hasta llegar a un sendero que asciende fuertemente zigzageando la montaña, hasta que después de un fuerte repecho el camino comienza a descender, en ese momento es cuando dejamos el camino para tomar un sendero algo embarrado que atraviesa una pradera a la derecha y que nos llevara a la enorme cruz, el camino no tiene escesivamente perdida por que la cruz se deja ver lo suficiente para que nos sirva de referencia.


Para el descenso simplemente es desandar el camino, pero no hay necesidad de tomar el atajo, ya que si seguimos el camino hasta el final nos llevara hasta las primeras casas del pueblo como dije al principio.


A pesar del mal tiempo, pudimos disfrutar de unas preciosas vistas


Es una ruta sencilla por que es corta y no tiene demasiada complejidad por que aunque no esta señalizada, es seguir el camino hasta la cruz, la única complejidad que tiene es su fuerte pendiente, hay que salvar 800 mts en apenas 4 km, ya que practicamente desde que empiezas a andar hasta la cumbre es todo cuesta arriba, sin apenas descansos.


Nosotros tuvimos mala suerte por que el día no acompaño, casi en la cima nos empezó a nevar, pero si hubiéramos tenido un buen día, seguramente podríamos apreciar unas vistas impresionantes ya que se puede visualizar casi la totalidad del valle de Liebana, además de que desde una piedra cercana a la cruz se puede ver el monasterio de santo Toribio, lugar de peregrinación ya que allí se guarda un trozo de la ligna crucis; la cruz en la que falleció Cristo, Cuenta la leyenda que desde esta cima, santo Toribio lanzo su báculo, y en el lugar donde cayera, seria donde levantaria su monasterio.
Desde aqui, con un poco de vertigo podemos apreciar el monasterio

Es una pena que fueramos un poco sin preparar, no llevabamos agua ni nada, ni tampoco llevabamos la tarjeta del club, aunque tampoco encontramos buzon alguno, hicimos una ruta un poco dominguera, jeje.

Datos:

Altitud máxima: 1087 mts
Tipo de ruta. Lineal
Duración: 4 horas aprox
Desnivel. 800 mts

viernes, 19 de marzo de 2010

3.000 pasos de viaje subterráneo...

El espíritu humano, como la propia naturaleza, no conoce de límites y contornos precisos, nítidos y encorsetadores. Por tierra, mar y aire, los expedicionarios se han aventurado siempre a surcar, parafraseando a Truman Capote, "nuevas voces, nuevos ámbitos". La Güestia no podía ser menos. Poco a poco, la superficie cantábrica se nos va antojando menos retadora, menos abrupta, menos desconocida. Era hora ya de... descender al Averno.
El objetivo era la cueva conocida como de "El soplao", en tierras cántabras. A través del atrayente reclamo que en su página web constituía el rótulo "Visita turismo-aventura", un nutrido grupo de integrantes y simpatizantes del colectivo nos decidimos a dejarnos guiar, por una vez, por las profundidades de la orografía norteña. Para ello, parte de los expedicionarios se desplazó hasta la localidad vecina de Potes para pernoctar durante el viernes (quizás convenga recordar que la mentada cueva se encuentra a escasos kilómetros de Unquera, en la carretera de Los Tánagos y muy cerca de Rábago), mientras que el resto de los aventureros optaba por realizar el viaje por carretera en la misma mañana del sábado.
Dicho y hecho. El día 13 de marzo amaneció nublado, pero no excesivamente inquietante. El improvisado taxista recogió al resto del grupo (no excesivamente nutrido, la verdad...) en la capital asturiana a las ocho y media, encaminándose hacia tierras montañesas con un ojo puesto en la carretera y otro en el reloj (apenas dos horas nos separaban de la cita concertada). El viaje, animado por la actuación de nuestro improvisado DJ, nos permitió disfrutar de un variado repertorio de música contemporánea, destacando especialmente la selección satánica...
Justo a tiempo, el coche, a través de una zigzagueante y empinada carretera, logró llegar a las inmediaciones de El Soplao a las diez y veinticinco, comprobando en breve que el resto de los expedicionarios ya se encontraba allí, después de haber experimentado una mañana bastante menos estresante y apurada. Tras el paseo de rigor por la zona "merchandising", a las once menos cinco nos aproximamos a las instalaciones que permitían aprovisionarse con el material necesario para el descenso: mono integral modelo "chapapote", botas de goma, casco de minero y luz. Dos monitores no harían de guías durante todo el descenso. En breve nos aproximamos al túnel que permitía el acceso a la cueva. ¿Saldríamos de allí?
A lo largo de los primeros hectómetros pudimos contemplar los vestigios de la mina allí explotada, al objeto de extraer galena, fundamentalmente. Entibados con rigor, los metros se hacían sin dificultad, contemplando distintos túneles que, a modo de bocacalles, se abrían a derecha e izquierda. Al fin llegamos a la Galería Gorda, donde pudimos empezar a comprender por qué a El soplao se la denomina como "la capilla Sixtina de las cuevas": una impresionante oquedad salpicada por una miríada de imponentes y descomunales estalactitas se abría ante nuestros sorprendidos ojos, mientras escuchábamos las explicaciones de nuestros "cicerones". Algo más adelante, llegó la advertencia: a partir de allí comenzaba la ruta "de aventura". Encendimos las luces, con el corazón algo encogido ante los requiebros pedregosos que a duras penas adivinábamos ante nosotros. Comenzamos a andar, cuidando de no dar en un techo que cada vez se aproximaba más y más al suelo. Para los claustrofóbicos llegaron las primeras sensaciones de agobio, si bien no dudaron en continuar. Las galerías se sucedían: la de Los Italianos, la del Campamento (en la cual aún se conservan indicios de eventuales asentamientos de espeleólogos al objeto de evitar las molestias del tránsito al exterior para hacer noche), la de El bosque, etc. El volumen que se abría a nuestro alrededor aumentaba y disminuía de forma inverosímil, contemplando tanto grutas inmensas, pobladas hasta el delirio por estalactitas y estalagmitas, que rivalizaban en majestuosidad, como angostos pasajes de muy justo acceso. La profusión geológica llegó al punto de poder contemplar un fenómeno conocido como "excéntricas", esto es, estalactitas que desafían a las leyes de la gravedad manteniendo una horizontalidad desafiante. En ocasiones, las paredes se nos aproximaban más de lo deseado. Otras veces, era necesario recurrir a cuerdas para facilitar el tránsito entre las grutas. En cualquier caso, nada que volviera impracticable el avance. Al fin, en la última de las grutas, los guías nos pidieron un pequeño favor, al objeto de experimentar nuevas sensaciones: apagar todas las luces y guardar silencio por unos momentos. He de confesar que si alguna vez en mi vida he sabido lo que es la ceguera absoluta con los ojos abiertos fue en ese momento. Una inquietante paz exterior e interior nos invadió en esos instantes. De muy difícil reproducción para quien no haya pasado por ello. Al fin, volvió la luz, el sonido, y con ellos el regreso por el mismo camino, encontrándonos ya en la zona de fácil acceso con visitantes que nos observaban como si de auténticos selenitas se tratase. Nos desembarazamos de toda la equipación y nos fuimos a comer en las inmediaciones de Unquera, para celebrar por todo lo alto nuestras nuevas experiencias. Tras el ágape, la mayor parte de la gente optó por disfrutar hasta el domingo de la hospitalidad cántabra, mientras el cronista intentaba infructuosamente llegar a Oviedo con el tiempo suficiente como para dejar la crónica colgada en el blog. Desde aquí agradecemos la premura con la que nos atendió el servicio de restauración del estableciminiento al que acudimos para reponer fuerzas. Encomiable competencia y celeridad. En fin...
Personalmente, me quedó un regusto extraño tras la ruta. Acostumbrados a jugarnos el tipo abriendo vías en nuestras queridas cordilleras, la ruta de el Soplao sabía a cocina precocinada, a viaje a Harlem en un autobús blindado. Sin embargo, la apertura de todo un campo de sensaciones nuevas, en un contexto que nos resultaba tan ajeno volvió el sabor, si no dulce, al menos desconocido e incitante. Un plato para repetir, sin duda.
Al resto, como siempre: habrá más, tranquilos...

La expedición del "Güestia XIII", en cuarentena tras regresar con éxito a la superficie terrestre

miércoles, 10 de marzo de 2010

Las fotucas de la hazaña de Trubia

Pues como reclamaba alguno (uno) de nuestros seguidores, os dejo algunas galerias colgadas amablemente por corredores, familiares o amigos, de la carrera más exitosa de La Güestia hasta la fecha, ya que nuestro Chema lograba el reto de bajar de la barrera del 1h30, alcanzando una nueva dimensión atlética, héroe!!

De Manuel:


Optimistas antes del pistoletazo


De Mario:
http://www.flickr.com/photos/mario_tapia



Presumiendo de Güestín a pesar del frío!


De Jose Miguel:





Tomando del frasco!


De Gonso:

http://picasaweb.google.es/gonsovaldes/MediaDeTrubia#



Chema con sus lujosas liebres...


...y yo con las mías, somos élite!


De Elsa:



Controlando el crono

Saludando a la afición!


De Marta:

http://picasaweb.google.es/Marta.Running/20100307#

Comprobando hasta el último segundo: record conseguido en 1:29:37!

Todos tenemos nuestro triunfo personal, mezcla de sensaciones extremas en meta: agonía y euforia, dolor y victoria, incredulidad y gloria al bajar en 7 minutos mi marca hasta 1:36:37!

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Por otra parte, aprovecho para colgar la galería de mi propio debut como fotógrafo en la Media Maratón de Siero, en la que también competió Chema en complicadísimas condiciones meteorológicas de frío y nieve, hecho que no le impidió aguantar bravamente... en tirantes! Yo, bien abrigado hasta las orejas, también disfruté la experiencia de vivir toda una carrera desde "el otro lado":


http://picasaweb.google.es/c.cabeza/MediaMaratonDeSiero2010#




Correr también nos hace niños


El triunfo está dentro de cada corredor

martes, 9 de marzo de 2010

VIII Media Maraton de Trubia

¡La Güestia sigue viva señores! aunque el blog no tanto, pero los güestines siguen correteando por la tierrina aparte de las pachangas semanales al no-fútbol sala.
Esta semana dos de nosotros participarón en la media maratón de Trubia, Charlie y Txema. aunque Txema con la camiseta del Ochobre, pero con el corazón de la Güestia, y hay que felicitarlos, por que se marcaron unos carrerones y unos tiempos de merito.
la clasificación de los nuestros: clasificacion general, dorsal, Nombre, club, puesto categoria, tiempo y tiempo km
130 - 4 - Martinez Perez, Xose Maria - Ochobre - Senior B Masculin - 22 1:29:37.51 - 04:14
225- 459 - Cabeza Sánchez, Carlos -C.D. La Güestia -Senior A Masculin - 18 - 1:36:37.26- 04:34
El resto de resultados los podéis consultar en la siguiente dirección:


Dicho esto felicidades y enhorabuena a los que corristeis, y animaros a seguir corriendo y si podéis colgar una fotuca de la carrera.
Un aplauso. jajaja