lunes, 8 de diciembre de 2008

¡Al fin hubo estreno!







Costó, pero lo logramos. Tras la consecución de nuestro nuevo estatus como club deportivo, había ganas de salir al campo, y hoy nos lanzamos. El parte meteorológico no estaba de nuestro lado, pero la mañana (7 a. m.) no parecía inquietar en principio, así que nos metimos en los coches y nos reunimos en Trubia (como casi siempre). Tras alguna ausencia de última hora, y mientras comenzábamos a contemplar el cielo con preocupación -la cota de nubes no tranquilizaba en absoluto-, nos aproximamos hasta Entrago, donde cogimos la carretera que nos llevó hasta Villamayor, nuestro "campamento base". Aquello seguía sin mejorar, pero habíamos dejado la lluvia más abajo, así que cogimos el equipo y empezamos a andar. El camino, en principio, no era especialmente atractivo -una pista hormigonada sin ningún encanto- pero íbamos ascendiendo, que era lo importante. Empezó a chispear. La cosa se torcía, pero seguíamos. Por fin encontramos un ramal a la izquierda que llevábamos buscando desde hacía un buen rato, el cual nos permitió alcanzar el alto Santa Cristina mientras la nieve empezaba a poblar tímidamente la cuneta de la pista. Ya en el alto, y con una considerable mojadura encima, llegó el momento de la decisión: había que lanzarse a campo abierto, sin camino alguno, niebla, viento y una lluvia racheada que hacía imposible sacar el mapa para consultarlo, o bien dar la vuelta, "con las orejas gachas". Con más dudas que convencimiento, nos echamos al prado, a ver en qué acababa todo aquello. Comenzamos a crestear unas lomas tras otras, sin estar seguros ni de dónde estábamos ni de cuánto nos quedaba. Alguno de nosotros ya había metido la pierna en la nieve mas de lo que las polainas permitían, con lo cual los pantalones parecían estar más cerca de la lavadora que del armario. Calados hasta los huesos, sin ver casi nada ni hacia delante ni hacia atrás, seguimos avanzando, mientras más de uno movía la cabeza, con serias dudas sobre la cordura de lo que estábamos haciendo. Al fin, un pequeño repecho y unas peñas invitaban a la esperanza: allí, entre dos piedras, nos topamos con un tarro que contenía un papel. Logramos sacarlo al fin, y confirmamos nuestra esperanzas: habíamos llegado a Peña Cruzada. Por un momento, el tiempo nos concedió un guiño de complicidad, y los cielos se abrieron tímidamente, mostrando algo parecido a ese anhelado mar de niebla que todo montañero espera siempre contemplar desde arriba. Pero duró poco la alegría. El cielo volvió a encapotarse, con lo que echamos a andar hacia abajo por un improvisado atajo que nos permitió alcanzar sorprendentemente rápido el pueblo. Fuera botas (no de todos) y cambio de ropa. Ya repuestos, y de nuevo a la altura de Entrago, un buen café (o caldo, según gustos) nos permitió reponernos mientra contemplábamos el hipnótico chisporroteo de las llamas en la chimenea de un chigre. Despedida y a casa. Más de uno se levantará con dolor de garganta mañana (si no fiebre), pero cuando al fin logras alcanzar la cumbre, especialmente si esta se antojó por momentos inviable, lo demás no importa. Poco más, hasta nuestra próxima aventura: un saludo para quienes no pudieron venir. Habrá más...

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante narración.

Anónimo dijo...

La ruta estuvo pasada por agua pero pienso que son estos momentos los que nos hacen sentirnos vivos y dueños del mundo.
Una vez seco y en casa, tengo ya ganas de planear la siguiente
Lo peor, las ausencias de entre otros: Noé (lesión) y Fran (romance New Yorkino).

Anónimo dijo...

A quien interese:
He incorporado en los enlaces de interés un par de entradas acerca de páginas web del ministerio para localizar vértices geodésicos por el territorio español. Uno de ellos (creo que el segundo) es especialmente interesante, pues te vas moviendo por el mapa y vas encontrando los vértices, con el correspondiente nombre del pico, altitud, coordenadas geográficas, etc.

Anónimo dijo...

¡Ah!, y ya mandé la foto de rigor a La Nueva España

Nandissimo dijo...

Uf! Como lo cuentas parece que nos jugamos la vida, tampoco fue pa tanto! nos mojamos un poco solo nada mas! pero estuvo muy bien, se notaba que teniamos ganas, por que con este tiempo antes no nos habiamos atrevido a salir. A ver que ruta hacemos pa la proxima vez, yo propongo alguno por Belmonte y fartura!pero que no pasen meses.jeje

Charlie dijo...

Hombre Nan, es que toda gran crónica ha de tener su componente épico, cómo si Ulises hubiese tardado de verdad 20 años en volver a Ítaca! jeje... y tenemos la inmensa suerte de tener entre nosotros a un MASTER de las létras (boing boing!) asique gran placer leer tan tremenda cronicaza!

Nandissimo dijo...

Por supuesto! Fue una gozada leerla, dan ganas de volver a echarse al monte, ya tenemos cronista oficial, cuento con poder leer mas cronicas como esta

Nandissimo dijo...

sabeis cuando va a salir la foto en el periodico?

Nandissimo dijo...

jajajaja, el web master se parece al maqui!

Moskovita dijo...

Es más emocionante leer la crónica que hacer la ruta. MASTER en el próximo relato mete orcos y algún elfo y tendrás un fan.

Anónimo dijo...

Por turnos:
1) agradezco mucho las críticas (el término de por sí no es negativo), que me sirven de estímulo para continuar con la saga, y confío en poder seguir siendo de ayuda al grupo, si bien cualquiera puede incorporar, si así lo desea, su propia versión de la excursión. ¡Faltaría más!
2) no, no sé cuándo saldrá la foto en el periódico. Por experiencia sé que lo normal es que tarden dos o tres semanas, si bien nadie garantiza que opten por publicarla (máxime teniendo en cuenta el look a lo che con guerrilleros en Sierra Maestra...). Confío en que la txapela no les asuste, no vayan a creer que también estamos en contra de la autovía a La Espina.
3) a moskovita: no es necesario que recurras a Nandíssimo para incorporar datos al blog (en cualquier caso, me ha parecido una idea excelente el incorporar el track de la ruta a posteriori). Basta con que me mandes tu dirección de correo electrónico a modo de sms o a la cuenta lawestia@gmail.com, y te mando la correspondiente invitación.
4) ya estoy trabajando en la adaptación cinematográfica de la excursión. Creo que la va a dirigir Santiago Segura y va a incorporar alguna ligera variación: cuando llegamos al alto Santa Cristina se nos aparece José Luis Moreno en calidad de lugareño, y al regreso a Villamayor una banda de albano-kosovares nos ha robado el coche, de modo que nos quedamos a dormir en casa de ¡toma moreno!

Anónimo dijo...

Joer desde que somos organismu oficial ya crecio el blog la de dios! La verda ye que la ruta fue perguapa.