sábado, 13 de diciembre de 2008

Una anécdota pasada por agua (o el triunfo de la voluntad)







¿Qué razones impulsan a cinco jóvenes a cambiar la cama por una cortina de agua (la expresión dista mucho de ser metafórica) un sábado por la mañana? ¿Qué lleva al espíritu humano a decir "sí" cuando en apariencia todo obliga a reconocer "no"?
Tras cinco días de reposo que a algunos de nosotros se nos antojaban ya eternos, varios integrantes del Club decidimos que hoy podía ser un buen día para pasar revista al techo de Oviedo que, lejos de encontrarse en la sierra del Naranco, se ubica en las inmediaciones de Olloniego, y más en concreto en la llamada Sierra de Fayéu, a la nada despreciable (sobre todo teniendo en cuenta las vistas) cota de los 714 metros, ofreciendo como cénit el pico Escobín, pico Nieves, Picayu e incluso Picajo, que de todas estas formas es como se conoce.
Ni el parte meteorológico (probabilidad de precipitación de un 100%), ni la lectura barométrica (escandalosamente baja) ni el cielo encapotado, ya desde las primeras luces del día, fueron quiénes a decirnos lo que podíamos a no hacer un sábado por la mañana. Cogimos el petate con decisión, aprovisionados con el inevitable impermeable, y de nuevo nos metimos en los coches, teniendo esta vez la salida oeste de Oviedo como punto de encuentro. Por la A-66, la constante lluvia se empecinaba en hacernos retroceder: imposible. Pasado Olloniego, y tras alguna dificultad de orientación para dar con la población de Las covadiellas (nuestro "campamento base" de hoy), salimos de los coches con la capucha puesta y una idea muy clara en mente: ya no íbamos a retroceder. La senda, en ligera ascensión pero de gran comodidad, nos fue acercando hacia un promontorio en el que ya lográbamos divisar desde la distancia el característico aspecto cilíndrico de los familiares vértices geodésicos. Los impermeables empezaban a perder la batalla (no así las polainas, tremendamente efectivas esta vez para mantener los pies a salvo) y los charcos a lo largo del camino iban en aumento, tanto en frecuencia como en profundidad. Por fin, alcanzamos Peña Salve, o lo que es lo mismo, la cota de la sierra que nos obligaría ya tan solo a ir cresteando con facilidad (en lo referente al sendero, no a la lluvia, cada vez más plomiza y persistente) hasta alcanzar el anhelado vértice del Picayu. A su pie, un elegante buzón de cumbres nos permitió depositar la primera de nuestras correspondientes tarjetas, una vez que, a duras penas, logramos rellenarla en medio del aluvión. Media vuelta, y corriendo hacia los coches. Durante el camino, la satisfacción del ascenso solo se veía enturbiada por la progresiva sensación de humedad que iba convirtiendo la ropa casi en elementos adhesivos. Ya en los vehículos, acelerado cambio de prendas y llegada a Olloniego, donde regamos con cafés y cerveza, y a los pies de una estufa, una victoria que se nos antojaba más heroica por el clima que por la altitud. Finalmente, despedida, con el ya habitual emplazamiento a través de nuestro blog, para próximas convocatorias.
"Una imagen vale más que mil palabras", sentencia el tópico. No una, sino dos (al margen del detalle gráfico que evidencia, en efecto, la llegada al Picayu) dejo yo aquí como constancia de que, a pesar del día de perros con el que nos tocó lidiar, cuando queremos, podemos. Como siempre, un saludo a todos, y en especial a los ausentes. Continuará...

6 comentarios:

Nandissimo dijo...

Por fin! estaba esperando ansiosamente la cronica de hoy! no esta mal, justo lo que esperaba, muy bien relatada y explicando el recorrido que hicimos, solo le pongo un pero, que te falta poner algunos datos como los km que hicimos y el tiempo que nos costo realizarla, que tampoco es que fuera mucho, a ver si moskovita se anima a hacer una entrada con los datos y el track.

Nandissimo dijo...

tambien podias haber dicho que algunos optamos por el paraguas para recorrer la ruta sin mojarnos, ¡Aunque mojar, nos mojamos todos!

Charlie dijo...

Bravo por esa gran crónica de nuestras locuras bajo la lluvia Máster! Merece la pena la mojadura por poder disfrutar de ese triunfo de la voluntad plamado en texto, fotos... y colores en un mapa!

Vaya yuyu ver ahora la foto en costraste de la subida veraniega de éstos con el solazo... perros! Bueno, mientras evitemos la pulmonía... la Güestia crece cada dia!

Anónimo dijo...

Gracies por avisar...

Nandissimo dijo...

Lo siento helsinki, yo contaba con que te habia avisado noe y que no podias, lo siento de verdad, la proxima vez seras de los primeros en avisar

Anónimo dijo...

El grupo de montaña Escuela de Padres de la Parroquia Corazón de María de Oviedo os hemos sucedido en la cumbre del Picayu. Colocamos un Belén y cantamos unos Villancicos. Creo que tuvimos mejor día que vosotros. Un saludo